Pero hoy vamos a hablar sobre las nuevas tecnologías y su implantación en el aula es un debate que está más abierto que nunca.
Desde nuestro
punto de vista, está claro que ha habido
una irrupción masiva y no progresiva de las Nuevas Tecnologías en las aulas, y
que hay profesores que se muestran perdidos o desorientados, pero dudo mucho
que con falta de ganas de aprender, al menos la mayoría. Y es que todos estamos
de acuerdo en que la figura clave de la enseñanza es el profesor, y por tanto
la formación del profesor es esencial. Por ello, lo más lógico sería formar a
los profesores en la competencia digital para que puedan trasmitir estos
conocimientos a sus alumnos más tarde, pero no suprimir las Nuevas Tecnologías
del aula.
Pero no sólo se
trata de eso, sino también de ver en las Nuevas Tecnologías una herramienta
útil. No sólo es necesario tener la herramienta sino que también hay que darle
una buena utilidad con un objetivo claro y delimitado, si no, no hay
resultados.
Es importante entonces, saber cuál es el objetivo y delimitarlo. Las TIC son una estupenda herramienta para profesores y alumnos; no para hacer más fácil o más difícil la labor de enseñar del profesor sino para facilitar, mejorar e incentivar ese proceso de aprendizaje, para hacerlo a la vez lúdico, motivador, eficaz y significativo. Pero para ello hay que saber cómo conseguirlo, pues por sí solas, las TIC no enseñan nada, es el profesor el que debe marcar los objetivos que quiere conseguir con ellas y para ello debe saber utilizarlas.
Echémosle
imaginación al asunto, las TIC nos brindan la oportunidad de acercarnos a
nuestros alumnos, a su mundo; nos dan la oportunidad de ser creativos en cuanto
a su uso y poder así diseñar multitud de actividades para todos y cada uno
ellos en base a sus necesidades e intereses; nos dan la posibilidad de aprender que es evolucionar, y para
enseñar hay que aprender.
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